Fotografías por: Juan José Sánchez
No en todas las batallas se mide la fuerza de los golpes. Por lo menos, en Tijuana, desde hace cuatro años se celebran otro tipo de contiendas que tienen un objetivo distinto: construir comunidad y cultura en torno al café de especialidad. Y ese es un gancho certero que Barista Battle definitivamente ha sabido acomodar.
Hasta hace poco, la escena del café de especialidad en esa ciudad fronteriza del norte del país era reducida. No existían muchos espacios donde se pudieran compartir experiencias o técnicas relacionadas con el mundo del café. En 2015, Aracely Germán comenzó uno de los proyectos que hoy permite no sólo conocer y perfeccionar el oficio del arte latte, sino también expandir el interés por el café de especialidad, guiar y potencializar el talento local y, sobre todo, estrechar lazos de confianza dentro de esta pequeña pero burbujeante comunidad.
Barista Battle es una iniciativa que surgió, principalmente, por el deseo que sintió Aracely de compartir su propia experiencia como competidora a nivel nacional en este rubro: “Realmente no existía una comunidad en Tijuana en donde yo pudiera compartir lo que sabía y donde la gente también pudiera hacerlo”. Gildardo Peralta es otro de los responsables que hacen posible este encuentro. Su historia es la del ganador que regresa a devolver un poquito de lo que el certamen le dio en su primera edición, en donde participaron alrededor de 30 competidores: “Mi relación con el proyecto es darle un impulso a la visión que tiene Chely”, menciona. Los baristas que llegan a esta batalla buscan promover la convivencia y el aprendizaje, en respuesta al sistema de competencia imperante que orilla a los negocios a pensar en sus propios beneficios: “El enfoque es cien por ciento amistad. Sí ha habido algunos casos de personas que no se llevaban muy bien, pero para eso es. Trabajamos para los mismos clientes, para el mismo producto, que es el café. Entonces, el enfoque es cien por ciento amistoso”.
Barista Battle ha sido una gran arena para que la comunidad en Tijuana se desarrolle a paso lento, pero firme. En la primera edición, tres decenas participantes inauguraron el evento, ahora, la cuarta edición de 2019 convocó a 50 concursantes de México y ciudades estadounidenses como San Francisco o San Diego que fueron evaluados por tres jueces de talla internacional, y reunió a una audiencia que fluctuó entre las 150 y 200 personas, el triple de asistencia con respecto al primer año. Y es que con cada nueva edición, la gente ha ido exigiendo un espacio de mayor calidad. “Antes no se miraba tanto talento”, apunta Gildardo. Para ellos, el interés que la comunidad tiene por aprender más acerca del arte latte ha sido uno de los principales motivos por los que ha crecido el evento.
Y aún con eso, Aracely y Gil son los dos únicos miembros en un equipo de organización y logística que se encargan de coordinar a entre 6 y 7 colaboradores para que durante la planeación y el evento todo salga a pedir de boca.
Por si fuera poco, antes del certamen viene la gira, pues viajan a las distintas ciudades colindantes y visitan toda barra de café que se encuentran en el camino con el fin de promover el evento. “Vamos a barras de Ensenada, Tijuana, Tecate, a hacerles la invitación personalmente para que vean que está el apoyo”, cuenta Aracely. Eso les permite generar y promover lazos de complicidad y cercanía con muchos actores del gremio: “Somos ese conector entre baristas, tostadores, dueños de cafeterías, empresarios, clientes. Siempre creamos vínculos”.
Es por ello que en cada competencia, el impulso al talento local es una pieza importantísima; siempre se preocupan por cultivar esas relaciones, sobre todo cuando se trata de tostadores: “Nosotros apoyamos mucho a tostadores locales. Hay más baristas con poca experiencia que tostadores malos. En cada competencia apoyamos a un tostador diferente, usamos un café de ellos y toda la gente que viene, lo conoce”, cuenta Gil.
La convivencia, la gente, la dinámica, la brillantez y la euforia de realmente estar en una batalla son factores de mucho peso que atraen a propios y a extraños. Y es que si bien la afluencia de locales es mayoritaria, también es indiscutible y evidente la presencia de los baristas estadounidenses que cada año cruzan la frontera para seguir aprendiendo y pasar un buen rato. De ahí que su objetivo a futuro sea lograr una competencia binacional para todos: “A veces ellos quieren ese tipo de dinamismo. Entonces por eso siempre están abiertas las puertas a cualquier nación”.
Durante la cuarta edición destacaron las distintas colaboraciones con productos, marcas y barras. La cerveza local Mexica, por ejemplo, intentó hacer una cerveza a base de cold brew; la máquina invitada de este año fue de la marca La Marzocco y la barra de café Por vida, oriunda de San Diego, fue la protagonista de honor esta edición: “Hubo mucho dinamismo, hubo muchísimos competidores, música y comida”. Toda oferta y opción tiene por objetivo que la gente se profesionalice.
Por eso, para ediciones futuras están pensando, además de en la tradicional competencia de barismo, en ofrecer eventos de mixología y brew bar: “Pero ya traemos propuestas más profesionales en donde los jueces serán baristas y catadores grado Q, con nivel un poquito más alto en cuestiones sensoriales y técnicas. Nos vamos a exigir de forma más profesional. No tan local como Barista Battle, sino más serio”, cuenta Gil.
Otra de las apuestas importantes para estos dos chicos de Baja California se llama Brew Event, una dinámica de brew bar en donde se busca que los baristas también compitan en sentido más sensorial y profesional para que todos comiencen a exigirse más: “Que pongan un poquito más de atención en el grano, el tiempo, la técnica y en cómo se desplazan por la barra. Entones sí va a haber proyectos más culturales, sociales y hermandad”, adelanta Aracely.
Cada vez se suman más gente y cafeterías al evento y, más que intimidarlos, la idea de crecer —y ver que van por buen camino— los impulsa a querer continuar: “Nos encanta ver a los baristas haciendo lo que más les gusta. Y nos da mucha felicidad, ya después de que acabó todo y estamos cansados y con sueño, que nos digan ‘gracias por crear este evento, porque este tipo de apoyo no existía’”, dice Aracely con la sonrisa de alguien que sabe que todo está valiendo la pena. “Barista Battle es para todos, es comunidad”, añade Gil, “si te gusta el café, tienes cabida aquí”.
Hay batallas que se ganan con un solo golpe, pero la de Aracely y Gil en particular no tiene un enemigo específico o un límite de tiempo. Lo que estos chicos hacen es dibujar, en el horizonte de Tijuana, en la frontera que divide a dos países, una oportunidad muy definida y un espacio en donde quepan todos. Y, quizás, esas son las únicas batallas que se ganan a pulso.
Thania Aguilar
Thania Aguilar es egresada de la Facultad de Ciencias políticas de la UNAM, redactora y traductora. Ha colaborado en la corrección de distintos proyectos sobre café de especialidad. Actualmente trabaja para Editorial Planeta y de manera independiente.
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