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La luz de la luna afecta el ritmo circadiano de las plantas

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En algún lugar del espectro que abarca desde la atracción gravitacional de las mareas oceánicas hasta la transformación de los hombres lobo, parece que las plantas de café también se ven extrañamente afectadas por el ciclo lunar.

La primera investigación en este tema, llevada a cabo por la organización agrícola francesa sin fines de lucro CIRAD, que realiza muchos trabajos interesantes para la industria del café, establece que la luz de la luna tiene la capacidad de interrumpir el reloj circadiano de los cafetos. Es decir, la luna está desajustando el sueño del café.

En el estudio, publicado el año pasado en la revista de acceso abierto BMC Plant Biology, los autores del CIRAD sugieren que los efectos a nivel molecular de la luz de la luna en las plantas de café podría ser algo importante de notar para los caficultores.

“Nuestro análisis de los genes regulados diferencialmente parece mostrar que los cafetos ven la luz de la luna como una forma de estrés —dijo Jean-Christophe Breitler, un genetista del CIRAD con sede en México en un anuncio del estudio—. No solo altera los genes del reloj circadiano, sino también muchos otros controlados por estos, como los genes relacionados con la fotosíntesis, la biosíntesis de lípidos, el control del crecimiento y la respuesta al estrés oxidativo y por calor”.

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Café al atardecer. Fotografía por Nick Brown.

El informe señala que tal estrés en realidad puede tener efectos positivos en el crecimiento de las plantas, aunque se han realizado muy pocas investigaciones sobre el tema como para conclusiones firmes.

El propio equipo de investigación del CIRAD sintió curiosidad por los efectos de la luz de la luna llena en las plantas de café mientras realizaba un estudio distinto sobre cómo los cambios climáticos pueden relacionarse con los patrones circadianos en las plantas de arábica.  El equinoccio de primavera analizado durante la investigación llevó la luna llena a las plantas que estaban bajo observación en un invernadero y, posteriormente, los investigadores recrearon la luz de la luna (un reflejo de la luz solar a bajo nivel) mientras estudiaban  también las plantas que se encontraban privadas de la luz de la luna.

De las plantas iluminadas por la luna, Breitler dijo: “Lo que encontramos fue que los fotorreceptores de las plantas veían estas longitudes de onda de baja intensidad como fuertes señales ambientales”.

Aquí el estudio completo.


Esta nota fue publicada originalmente en inglés. Ha sido traducida por Revista Roast.

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